lunes, 9 de noviembre de 2015

LA GLORIA DE DIOS

Entrenada como sicaria y asaltar a mano armada. Especializada en falsificar dinero y abrir cualquier caja fuerte. La vida de Gloria Castiblanco Beltrán mostraba las mayores perversiones delincuenciales, en medio de excesos libertinos. Parecía carecer de remordimiento, hasta que se encontró con el Señor y salió de la miseria espiritual.
    • La Gloria de Dios
    Aunque sospechó que algún día atentarían contra ella, por la azarosa vida que llevó en el mundo de la delincuencia; Gloria Castiblanco Beltrán siempre se mantuvo preparada para el momento exacto en que tratarían de hacerlo. Provista con su “mejor aliado”, un revólver Smith and Wesson calibre 38, nunca pensó que esa misma arma que tanto la protegió, dispararía contra ella y la marcaría para siempre.
    Todo ocurrió en marzo de 2002, cuando Gloria con 25 años de edad habitaba un lujoso apartamento todo equipado en la mejor zona de la ciudad de Bogotá, Colombia. En eso, sintió los fuertes golpes que dieron a la puerta y la despertaron de su descanso.
    Al no soportar más el bullicio se dirigió a la entrada del apartamento para ver quién llamaba a la puerta. Al preguntar por qué tocaba de esa forma, Gloria escuchó la voz de uno de sus compañeros de asaltos de su banda llamada “Los Marucas”, quien pidió dejarlo entrar para conversar sobre el próximo atraco en la ciudad. Fue entonces que al abrir la puerta, un fuerte empujón la tiró al suelo y sin tener oportunidad de reaccionar, fue reducida con un arma. Al instante, descubrió que aquellos dos compañeros asaltantes que irrumpieron en su domicilio la estaban asaltando.
    Al ponerla de pie en medio de un forcejeo, uno de ellos, llamado “El Gato”, la dirigió a su habitación y le dijo: “Te venimos a robar y luego te mataremos, pues no nos conviene dejarte viva, porque ya sabemos de lo que eres capaz”.
    Gloria observó cómo sus propios compañeros de asaltos, con quienes horas antes habían robado en el barrio Manrique, en Medellín, la despojaron de parte del botín.
    “En ese momento tuve una cita con la misma muerte”, refiere Gloria.
    Herida de muerte
    Cuando ambos delincuentes acabaron de guardar todo el dinero en una mochila, recriminaron a Gloria por su ingenuidad y su poca seguridad al confiar en ellos y abrirles la puerta. En ese instante, “el Gato” cogió el arma de Gloria y empezó a rastrillarla sobre la cabeza, y en el momento menos esperado disparó contra ella, cumpliendo así su palabra de no dejarla viva.
    Al verla tirada sobre el suelo y con un charco de sangre que emanaba de su cabeza, ambos hampones huyeron del apartamento, sin sospechar que esta fulminante descarga que ingresó por el maxilar derecho y salió por detrás del oído de Gloria, no le hizo ningún dañó ni le causó la muerte. Al contrario, se hizo la desfallecida y al cabo de diez minutos de esperar a que los matones huyeran de la escena, Gloria se reincorporó sin sentir el más mínimo dolor, salvo las ganas de cobrar venganza y matar a quienes atentaron contra su vida.
    “El diablo se apoderó de mi pensamiento por esta cobarde traición. El odio y la sed de venganza llenaron mis entrañas…”, narra hoy Gloria.
    Al transcurrir los minutos y ver la profunda herida que le dejaron y que pudo costarle la vida, Gloria acudió a un hospital ubicado en Ciudad Tunal en plena ciudad de Bogotá. Al llegar al nosocomio, los médicos y enfermeras quedaron totalmente asombrados, al verla consciente y hablando como si nada le ocurriese. ¡Milagro!, ¡Milagro! se oyó entre los pasillos de aquel hospital.
    Infancia destruida
    Gloria Castiblanco Beltrán nació el 7 de junio de 1977 en Bogotá, Colombia. Según recuerda, –a sus cinco años de edad–, sus padres decidieron separarse y acabar con los 25 años de matrimonio que los mantuvo unidos. Al contemplar esta debacle en su hogar, ella sintió una fuerte rotura en su corazón. No podía creer que las dos personas a quienes más amó, tomaran rumbos distintos.
    Varios años después de maldecir su situación y viviendo a espaldas de su madre y de sus siete hermanos mayores, Gloria se convirtió en una muchachita escurridiza y poco amable; pero siempre con la mirada puesta en su superación. Fue así que a sus 16 años de edad, escapó de su hogar para cumplir ese sueño.
    “Escapé de la casa de mi madre para vivir sola y para demostrarme a mí misma que podría ser feliz sin pedírselo a nadie”, refiere.
    Lejos de su madre, se ubicó al noreste de la capital, en Ferias más conocida como “Pueblo Quieto”, por el alto índice de robos y atracos que ocurrían en el lugar. Allí conoció a amistades de mala reputación, en especial a una muchacha que provino de una familia acostumbrada al hurto y del que surgieron varios grupos de delincuentes. Al inicio nada inmutó a Gloria, pues se dedicó a trabajar como vendedora en una pequeña empresa, que le abrió las puertas a otros empleos que requirieron sus servicios por su tenacidad en las ventas. Esto también le permitió ingresar a la Universidad Nacional de Colombia para estudiar Psicología Infantil, quizás para ayudar a otros niños que sufrieron como ella.
    Tentada por la delincuencia
    Sin embargo, varios meses después de su sacrificada lucha por trabajar y estudiar, Gloria abandonó sus estudios universitarios y se dejó tentar por el dinero fácil, que muchos de sus amistades del barrio obtuvieron sin mayor esfuerzo. Fue así que empezó a relacionarse mucho más con aquellos delincuentes del bajo mundo y a aprender todas las técnicas del hurto, como robar desde pequeñas carteras de bolsillo, hasta introducirse en almacenes, apartamentos y autos lujosos para desvalijarlos o robar sus partes. Además, se convirtió en una hábil falsificadora de dinero, firmas, cédulas de identidad y pasaportes, hasta descifrar las claves de las cajas fuertes y robar todo lo que pudiese. También fue entrenada como sicaria para matar por encargo.
    “Gracias a Dios, el Diablo nunca pudo manchar mis manos de sangre, porque a pesar que fui entrenada para matar, nunca quise hacerlo. Tampoco purgué cárcel por la delincuencia”, revela Gloria.
    Una vez que fue preparada, integró una pequeña banda que se hizo llamar “Los Guardesnay”, que empezó a operar en pequeños barrios de la urbe capitalina. A Gloria decidieron llamarla “Porcelana”, por la destreza con que ejecutaba sus asaltos y por escapar sin problemas.
    “Nunca me dejé involucrar como miembro de una banda, para no tener problemas con ninguno de ellos o con las autoridades. También evité enamorarme…”, confiesa Gloria.
    Su destreza en el hurto también la llevó por otras bandas delincuenciales, que se convirtieron en el terror de toda la capital colombiana. Para ello, adoptó varias identidades para evitar que autoridades y otras bandas rivales la identifiquen.
    “Nuestra fechoría nunca descansaba, hasta asistíamos a velorios para recoger y falsificar las firmas y las tarjetas de crédito de los deudos y así usarlas mientras estaban en su dolor”, recuerda Gloria.
    Doble venganza
    Luego de haber quedado herida con aquella bala que traspasó su cráneo, Gloria fue intervenida quirúrgicamente y restablecida en cuestión de días. Fue ahí cuando planeó escapar del hospital, para evitar ser identificada y cumplir su plan de venganza en contra de los hampones que desfiguraron su rostro.
    Al cabo de unas semanas, Gloria –con una nueva identidad– pasó desapercibida entre sus amigos y familiares y viajó a Ecuador donde se contactó con amistades de otras bandas delictivas, quienes la recibieron y trabajaron con ella.
    “¡Colombia, volveré para saldar cuentas…!”, refirió en pleno vuelo.
    Un año después y al encontrarse en la ciudad de Quito, Gloria tuvo problemas migratorios y fue deportada a su país como ilegal. Luego se ubicó en una ciudad fronteriza con Ecuador y desde allí le propusieron hacer pasar cinco millones de dólares falsos por originales, de los cuales recibiría cien mil dólares y un pasaporte italiano para fugar sin problemas a Europa. Con la obtención de este dinero, Gloria se propuso retornar a Colombia y vengarse de los dos maleantes y sus familias que atentaron contra su vida.
    No era feliz
    Antes de llevar a cabo su plan, viajó a la ciudad de Montañita en el Ecuador, para divertirse en un “After Party” de cinco días de música electrónica, donde el éxtasis fue el plato fuerte de aquellas  noches. Sin embargo, cuando Gloria se encontraba en la playa de Atacames, al norte del país, rumbo a aquella farra, dos jóvenes cristianos salieron a su encuentro y le preguntaron si era feliz. Al instante Gloria respondió desafiantemente: sí, sin pensar que su respuesta haría un eco en su corazón.
    Varios días después trató de responderse nuevamente la misma interrogante, sin antes encontrar un enorme vacío dentro de ella. Instantes después, cayó al suelo llorando y pidiéndole perdón a Dios por todos sus pecados y por no tener respuesta a aquella pregunta.
    “Mientras lloraba como una niña, sentí que algo invadió mi cuerpo y todo mi ser se estremeció. El odio y el resentimiento salieron de mi corazón, y comprobé que el amor si existía y estaba en Dios”, rememora Gloria.
    Después de esta experiencia divina, Gloria renunció a su sed de venganza y a todo lo ilícito que obtuvo en Quito. Unos meses después buscó una iglesia en la ciudad de Esmeraldas, donde se estableció y donde el Señor la envió a su obra, junto a su esposo Fernando Olmedo y sus tres pequeños hijos Esteban, Jemima y Josué.
    “Ni toda la droga del mundo o lo que yo pude haber hecho, me hizo sentir tan feliz como la presencia de Dios en mi vida”, asegura Gloria con la vida renovada.

    AVANZANDO MIENTRAS EL DÍA DURA

       “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar”.  Juan 9:4.
    Rev. Luis M. Ortiz
    • Avanzando mientras el día dura
    El reloj de Dios está para marcar el minuto final, el día de la salvación está declinando, las sombras de la noche de la perdición se avecinan. Conforme el día va declinando más apremiante se hace la tarea de la Iglesia. La necesidad de las multitudes sin Cristo es urgente, tenemos que entregarnos por entero al cumplimiento de la gran comisión hasta hacer llegar el Evangelio a toda persona y hasta lo último de la tierra (Mr. 16:15).
     
    Cada cristiano está en la obligación de tomar parte activa en esta gran labor, que es la tarea suprema de la Iglesia. No puede haber lugar para la indiferencia y la mezquindad; la inacción es inexcusable. Cada cristiano tiene que ser un ganador de almas. Cada templo tiene que ser un centro de evangelización. Cada congregación tiene que ser una fuerza dinámica e incontenible en contra de las fuerzas del mal llevando las buenas nuevas de salvación.
     
    En esta hora crucial y postrera, esta no es tarea de pusilánimes, ni de cobardes, ni de débiles, es una tarea fuerte, y fuertes y valientes tienen que ser los que la realizan, pues “el reino de los cielos se hace fuerza, y los valientes lo arrebatan” (Mt. 11:12, Reina-Valera Antigua [RVA]). Para poder realizar esta grandiosa labor de evangelización mundial, en el breve tiempo que nos resta, tenemos que darle prioridad a esta. El cumplimiento de esta tarea tiene que estar por encima de todo y de todos.
     
    Y cuando los grandes y poderosos no lo hacen, Dios usa a los pequeños y a los débiles. Cuando los intelectuales y los eruditos no lo hacen, Dios usa a los hombres sin letras y aun a los analfabetos. Cuando los grandes oradores no lo hacen, Dios usa a los tartamudos. Cuando los Nicodemos se esconden en la noche de su cobardía, Dios usa a las samaritanas a plena luz del día.
     
    Cuando jerarcas y teólogos se muestran indiferentes, Dios usa a pescadores y principiantes. Cuando los ricos y potentado no ofrendan de sus abundantes riquezas para la promoción del Evangelio, Dios usa a las viudas que lo dan todo por esta bendita Obra. Cuando los materialistas se entregan a aumentar sus propiedades y sus cuentas bancarias, Dios usa a los Bernabés a vender todo lo que tienen para dedicar el dinero a la Obra del Señor.
     
    Cuando los Giezis en la Obra de Dios se van a buscar prebendas, comodidades y riquezas, Dios usa a los Zaqueos a restituir lo mal habido y a dar cuatro tantos más para la Obra de Dios.
     
    Este Evangelio tiene que ser proclamado en todo el mundo por aquellos que aman a Cristo de todo corazón; por aquellos que sirven al Señor y a los demás sin esperar recompensa ni reconocimiento humano; por aquellos cuya vida gira en torno a la necesidad de las almas y al cumplimiento de la gran comisión; por aquellos que nada estiman su vida y la ponen al servicio de Dios; por aquellos que dan sin reserva para la salvación de las almas: Tiempo, talentos, dinero.
     
    Estos son los verdaderos testigos de Cristo, estos son los que mantienen la luz ardiendo, estos son la sal de la tierra, esos son los que Cristo necesita, estos son los que están aprovechando los últimos rayos de luz. Aquellos que son menos que estos son caricaturas de cristianos, son lámparas escondidas, son sal desvanecida, son talentos enterrados, son obreros ociosos, son vírgenes dormidas, son nubes sin agua, son árboles sin fruto, son estrellas erráticas; quienes merecidamente serán lanzados a las tinieblas, las de afuera, con la severa sentencia: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mt. 25:41). Esta es la 
    suerte final de aquellos que no se esfuerzan por la obra misionera y la evangelización del mundo.
     
    ¿Cómo te presentarás delante del Señor, habiendo desatendido el clamor de las almas en esta hora crucial? ¿Qué excusas presentarás al Señor? ¡No habrá excusas!
     
    El capitán de un yate quería la gloria de ganar un premio en la regata. En plena competencia alguien le gritó que uno de sus marineros había caído al agua, sin embargo el yate siguió avanzando y ganó el premio, pero el marinero pereció ahogado.
     
    El capitán afirmaba que no había escuchado el aviso, mas en su conciencia él sabía que no había querido detener la marcha del yate. Acosado por la conciencia comenzó a perder el apetito y el sueño, y pronto 
    estuvo dependiendo de calmantes y de drogas, con los nervios destrozados buscó auxilio psiquiátrico y terminó en un manicomio. Y se pasaba todo el tiempo realizando labor de salvamento a un náufrago imaginario. Un médico comentó: Si hubiera socorrido al marino no estaría ahora de día y de noche en esa labor infructuosa.
     
    Hermano, aunque no ganes el premio que ofrece la familia, o la escuela, o la universidad, o el gobierno, o el concilio, no desatiendas la llamada de auxilio que te hacen las almas pérdidas en el mar tempestuoso del pecado.
     
    Tenemos que avanzar “entre tanto el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar”  (Jn. 9:4). ¡Sigamos avanzando mientras el día dura! Amén.

    LA OBRA AVANZA EN ASIA

    En muchas zonas del mundo, ser cristiano significa poner en riesgo la propia vida y la de la familia. Los 11 países más peligrosos del planeta, en este sentido, están en Medio Oriente, Asia y África. En ese panorama conflictivo, decenas de pastores del Movimiento Misionero Mundial (MMM) llevan la Palabra de Dios.
      • La Obra avanza en Asia
      La Obra del Movimiento Misionero Mundial avanza en Asia, aunque no está exenta de serios peligros como la per­secución de cristianos. El Rev. Samuel David Mejía es desde hace cuatro años Supervisor del MMM en esa gran región del orbe, aunque viaja a esa zona para pastorear desde hace más de diez años con el objetivo de compartir la Palabra de Dios.
      ¿Cómo va la Obra en Asia?
      El Señor está haciendo cosas especiales. Han aparecido países que no estaban en la agenda. En este momento ya estamos en Filipinas, India, Malasia, Myanmar, Sri Lanka, Omán, Kuwait. En otros países como Malasia que es totalmente musulmán, te­nemos dos iglesias, pero está prohibido predicar en público, en la radio, en la televisión, en un artículo en periódicos o en el idioma principal del país.
      ¿Entonces como están avanzando?
      Los hermanos hacen obras sociales, buscan amigos y cuan­do ya consideran que alguien tiene amistad suficiente como para oírle, entonces le hablan del Evangelio. Se corre el riesgo de que una persona pueda quejarse ante el gobierno de que están tratando de convencerlo para dejar la religión musulmana y convertirlos en cristiano. Es ese caso, quién comparte la Palabra podría ir a la cárcel.
      ¿Ya se dieron casos de carcelería?
      No necesariamente, pero una vez enviamos a nuestra iglesia unas 20 revistas de Impacto Evangelístico en inglés y fue retenido en la aduana. Entonces el pastor tuvo que responder al juzgado por qué estaban introduciendo las revistas cristianas en el país. Esto sucedió en Malasia que es un país musulmán liberal, entre comillas. Allí permiten que haya iglesias cristianas, pero no se admite oficialmente la conversión de musulmanes al cristianismo. Hay una restricción muy tremenda.
      Ese es el caso de Malasia, pero ¿cuál es la situación en otros países?
      En otro como Myanmar, la antigua Birmania, que es budista, este año hablamos con abogados tratando de hacer el registro de la Iglesia del MMM ante el gobierno, pero no se pudo. Allí permiten iglesias cristianas, pero no las dejan oficializarse. Se hace difícil tener un registro de personería jurídica del gobierno y, por lo tan­to, comprar un terreno a nombre de la iglesia.
      En Kuwait, donde tenemos dos iglesias, un país totalmente musulmán que está en el Golfo Pérsico, permiten también la exis­tencia de iglesias cristianas, pero no que tengan propiedades.
      Las normas de restricciones son diferentes en estos países to­talmente musulmanes donde, de alguna manera, tratan de limitar la entrada del Evangelio.
      A parte del tema legal, ¿qué otros impedimentos existen?
      Uno de los impedimentos más fuertes en el Asia es la cantidad enorme de idiomas nativos que existen. Es muy común encon­trar diferentes idiomas en un solo país. Lo que nosotros hacemos es manejar el inglés para encontrar traductores de acuerdo a cada zona. Por ejemplo en la India, mínimo hay 29 idiomas oficiales.
      ¿Qué otras dificultades afronta la Obra para avanzar en es­tos países?
      En estos momentos en todo el Oriente hay varios grupos te­rroristas como el Estado Islámico, Boko Haram o Al Shabad, que actúan al norte del África, pero tiene representaciones en Asia que amenazan a los cristianos.
      El que tiene más presencia en la parte central y más orien­tal del Asia es Al Qaeda e Isis. El tema es que no solo estos grupos están haciendo persecución. En la India, hace dos años, entró un gobierno que es totalmente anticristiano y el slogan del primer ministro durante su campaña fue: “India solo para los hindúes”.
      ¿Cómo se traduce esta persecución?
      En algunas partes se apedrean los templos, hay abusos de vio­lencia física. Nosotros hemos tenido algunos sustos. Por ejemplo, en el estado de Orissa hubo un momento de persecución y perdi­mos la comunicación con nuestros 19 pastores.
      En estos momentos tenemos un pastor principal preso en Oris­sa. Él estaba llevando un programa social como acostumbramos en esos países y fue acusado sin prueba alguna de que hubo abuso de niños por un grupo de personas anticristianas. Hubo niños y niñas de este trabajo social que testificaron que no les hizo daño, pero al pastor no lo quisieron soltar.
      Nuestro supervisor en esa zona también estuvo a punto de ser apresado en este año. Tuvo que comparecer por el caso de este pastor arrestado en Orissa y quisieron apresarlo a él también y le hicieron unos cargos criminales, como que abusó de niños y los secuestró, pero el Señor obró felizmente. Uno de los pastores del área que tenía un hermano comandante del ejército intercedió y logró librarlo de la cárcel.
      ¿Qué otros casos de persecución violenta conoce?
      En Nepal, antes del terremoto, el pastor principal de una de nuestras cinco iglesias, testificó que, a comienzos de año, una tur­ba persiguió a un pastor de otra iglesia evangélica en la capital, lo alcanzaron y lo quemaron vivo públicamente.

      ¿POR QUÉ HAY MATANZAS EN ESTADOS UNIDOS?

      ¿Qué existe en el corazón de quienes comenten violencia contra sus semejantes? Seguro es que no hay paz. Un corazón no tiene paz por diferentes razones: falta de amor y de fe en Dios, está herido, guarda rencor, ira, rebeldía, resentimiento, miedos y sobre todo soledad.
        • ¿Por qué hay matanzas en Estados Unidos?
        En la última dos décadas diversas ciudades de Estados Unidos han sido escenario de cruentas matanzas de jóvenes, adolescentes y niños, cuyas vidas han sido cegadas en escuelas, institutos y universidades por individuos sin una razón aparente. Luego de cada incidente, autoridades y científicos han tratado de buscar explicaciones a estos sangrientos hechos, pero no encuentran razones específicas.
        Sin duda, se trata de un fenómeno que deja muchas preguntas latentes: si en todo el mundo hay personas desequilibradas, ¿por qué suceden estas masacres con tanta frecuencia solo en Estados Unidos? En este país se registran más de la mitad de este tipo de masacres que ocurren en el mundo.
        Por lo general, los protagonistas de estos crímenes son jóvenes que se sienten excluidos y encuentran en el fácil acceso a las armas una forma de descargar su ira contra la sociedad que los margina. Si a esto se le suman experiencias de maltrato y matoneo, y los desequilibrios mentales, estas personas, que, por lo general, son adolescentes o adultos jóvenes, no aguantan fácilmente presiones extremas y terminan desencadenando matanzas.
        La desmedida cobertura de la prensa se convierte, además, en un incentivo para que estas personas pretendan buscar venganza y de paso, así sea de manera efímera, se convierten en ‘estrellas’ de los medios de comunicación. 
        Por lo general en las sociedades en las que se les da poca cobertura mediática se espacian los casos de masacres. 
        Mike Males, investigador del Centro para la Juventud y la Justicia Criminal de San Francisco, California, explica que "un individuo se siente alienado, irrespetado, rechazado, y explota masacrando gente inocente”.
        El sicólogo Diego Castrillón señala, por su lado, que existen varias condiciones que hacen que en países como Estados Unidos se generen fácilmente desequilibrios en la psiquis de las personas. “Hay mucho aislamiento, las personas son muy solitarias y no hay un nivel de intimidad con los amigos vecinos y compañeros de trabajo, no hay conexiones afectivas y eso se toma como normal, pero en la realidad es algo nocivo”, explica. 
        A pesar de que muchas veces los criminales son personas inteligentes y con un alto desempeño, sus compañeros tienden a verlos como perdedores, poco atractivos, débiles y afeminados.
        En una comunidad escolar que valora las proezas deportivas o los triunfos académicos, ellos se enfrentan con el rechazo.  Desairados, después de tratar de juntarse con grupos de amistades, buscan maneras de llamar la atención, de revertir sus imágenes dañadas.
        El ataque a mansalva es el último episodio de un drama extenso: una búsqueda de la aceptación y el reconocimiento. Los actos anteriores fallaron miserablemente. Pero una vez que el individuo empieza a hablar de matar gente, el aislamiento se puede convertir en una inclusión. De pronto, tiene la atención que ha deseado.
        Hambrientos de autoestima
        Por lo demás, el desarrollo y expansión de las nuevas tecnologías y la imparable aproximación a las redes sociales ha generado la aparición de un nuevo perfil en el que los criminales pueden ser catalogados como “buscadores de miradas y de reconocimiento”, según el psicólogo Bernando Stamateas.
        El profesional señala que el problema surge cuando se comparte información sin ninguna utilidad social a través de la red y sólo se muestra la intimidad con el objetivo de acumular las miradas de los demás. Esta gente se convierte en buscadores compulsivos de autoestima, de deseabilidad social.
        Esto genera la ilusión de que la estima viene de la mirada de fuera hacia dentro, cuando es justo lo contrario. Este tipo de perfil más moderno, comparte espacio con personas tóxicas que han sido más comunes a lo largo de la historia como el envidioso (le angustia los logros de los demás y lo único que calma su angustia es descalificar al otro), el quejoso o criticón (personas frustradas en una determinada área de su vida y que expresan ese sentimiento frustrando a los demás) o el triangulador (utilizan a otras personas de ariete para ir contra alguien al que no pueden ver, en lugar de enfrentarse ellos mismos con el problema).  
        La sociedad en descomposición
        Pero detrás de este panorama existe otro componente del que poco se habla y que tiene gran repercusión en la repetición de estos eventos como tiroteos y masacres. La sociedad en general está en descomposición y hay una tendencia creciente a las cosas materiales, al libertinaje, dejando de lado lo espiritual, un rechazo creciente a los valores morales y un desapego a la enseñanza de la Palabra.
        Un analista norteamericano comentó: “Los padres somos los culpables de este fenómeno de la violencia en la juventud. Temo por el mundo en estos tiempos de tanta libertad para accesar toda clase de diversión carnal que llena el corazón de la basura del mundo. Del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias”.
        ¿Cómo se llena el corazón de esta basura? Todo lo que vemos y oímos entra al corazón, se mezcla con nuestra manera de ver al mundo y reaccionar a lo que estamos experimentando en todo momento.
        Estas matanzas, que originan el sufrimiento humano, son el resultado del pecado humano. El mundo actual no es de la manera como Dios lo creó y debido a eso, todos somos vulnerables a los efectos del pecado en el mundo. ¿Por qué sufre una persona y la otra no? ¿Por qué las catástrofes suceden a algunos y no a otros? Esto se debe a que el pecado está en el mundo.
        Las más sangrientas
        En las últimas dos décadas se han contabilizado más de 62 tragedias similares, con un balance de más de 80 víctimas mortales distribuidas a lo largo de 30 estados. Veinticinco de estos tiroteos masivos se han producido a partir de 2006. Las siguientes son las más sangrientas.
        Masacre en Newtown.- El 14 de diciembre de 2012 el joven de 20 años Adam Lanza acabó la vida de 20 niños menores de seis años y seis profesores en el colegio de primaria de Sandy Hook, en Newtown, Connecticut. Horas antes, Lanza había disparado varios tiros contra su madre.
        Tiroteo en un templo sij.- El cinco de agoto de 2012, el veterano del Ejército de EE UU, Michael Page, abrió fuego contra los asistentes al templo sij de Pak Creek, Wisconsin, acabando con la vida de seis personas e hiriendo a otros cuatro, antes de caer abatido por la policía.
        Matanza en el cine.- En la madrugada del viernes 20 de julio de 2012, James Holmes, de 24 años, irrumpió en el preestreno de la última película de la saga Batman cubierto con un chaleco antibalas y una máscara de gas y empezó a disparar sobre los espectadores de un cine de Aurora, una localidad a las afueras de Colorado (Denver). El joven quitó la vida a 12 personas e hirió a otras 58.
        Matanza en Fort Hood.- El 5 de noviembre de 2009, el psiquiatra del Ejército, Nidal Malik Hasan, disparó indiscriminadamente contra otros militares que hacían cola para vacunarse en la base texana antes de ser enviados a Afganistán. Hasan asesinó a 13 compañeros e hirió a 32.
        Masacre en Virginia Tech.- El 16 de abril de 2007, Seung-Hui Cho, un estudiante de ese centro  educativo, mató a 32 personas e hirió a otras 17 en dos tiroteos separados por unas dos horas de diferencia, antes de quitarse la vida. Pese a que Cho había sido diagnosticado con un desorden de ansiedad, no tuvo ningún problema en adquirir las armas que utilizó en la masacre.
        Matanza de Columbine.- Probablemente la de Columbine (Colorado) sea la matanza de estudiantes que mayor impacto haya ocasionado en EE UU. El 20 de abril de 1999, Eric Harris y Dylan Klebold, de 17 y 18 años respectivamente, entraron en su Instituto y asesinaron a 12 alumnos y a un profesor antes de acabar con sus propias vidas. La masacre quedó registrada en las cámaras del circuito interno de seguridad del centro.
        Tiroteo en la Universidad de Tejas.- La tercera tragedia más mortífera de EE UU tuvo lugar el 1 de agosto de 1966. Charles Whitman, un estudiante de la Universidad de Texas, se apostó en la torre del reloj del centro, provisto de tres pistolas y dos rifles de mira telescópica, y comenzó a disparar de manera indiscriminada. En los 90 minutos que duró el tiroteo, Whitman asesinó a 14 personas e hirió a otras 32. Previamente ya había quitado la vida a su mujer y a su madre. Un oficial abatió a Whitman de un tiro en la cabeza.
        Lo que dice la Biblia
        Jesús vino a este mundo a enseñarnos a vivir en paz. La mejor fórmula para vivir en paz unos con otros está escrita en Juan 15:12: "Y éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado".
        Ningún remedio contra la violencia puede ser más eficaz que el amor, el amor repele la violencia. Y no esperemos ser amados, ¡demos amor! Jesús fue el más grande pacificador, El no esperaba que lo amaran, El daba amor aunque recibiera ofensas. ¿Por qué toda la humanidad desea la paz y no la logra? ¡Cada individuo necesita dar más amor! El amor purifica el corazón, lo limpia de impurezas como el odio y el rencor, lo desinfecta de todos esos agentes patógenos morales y emocionales, que lo dañan. Jesús nos manda amar a nuestros enemigos. Jesús amó a sus enemigos, pidió perdón al Padre por ellos. Amar a quienes nos aman, no tiene ningún mérito, como dice la Palabra, así que comencemos el año proponiéndonos dar amor a ojos cerrado.